El jurado absuelve a Diddy de tráfico sexual
Ha sido declarado no culpable de tráfico sexual y crimen organizado, pero sí culpable de transportar a personas con fines de prostitución. El juez decidirá hoy si queda en libertad
Después de siete semanas de juicio, testimonios gráficos y una defensa que hasta el último momento había guardado silencio, el caso contra Diddy (de nombre Sean Combs) acaba de dar un giro inesperado. El jurado, que anoche se declaró “estancado” respecto a la acusación de conspiración para crimen organizado, ha regresado esta mañana al tribunal con una decisión unánime –y sorprendente–: Diddy no es culpable de tráfico sexual. Un veredicto que, por extensión, debilitó también la narrativa de que Combs lideraba una red criminal y ha sido absuelto de los cargos más graves (tráfico sexual y crimen organizado), pero condenado por transportar a personas con fines de prostitución
Mientras la defensa celebra la resolución como un paso hacia la libertad de su cliente, el juez aún debe decidir si Combs podrá abandonar la detención preventiva antes de la sentencia. Según fuentes judiciales, la respuesta llegará en las próximas horas.
El lunes, la defensa de Combs rompió su silencio con un alegato final que fue algo más que jurídico: fue un show de sarcasmo, referencias culturales y apelaciones emocionales. Durante cuatro horas, el abogado Marc Agnifilo reconoció que su cliente había llevado una vida desordenada, con drogas, violencia y fiestas sexuales. Pero negó que eso lo convirtiera en un criminal. “Hizo lo que hizo, pero va a luchar hasta la muerte por defenderse de lo que no hizo”, afirmó.
Según Agnifilo, las fiestas sexuales que la fiscalía calificó como tráfico humano eran relaciones consensuadas: “¿Swingers? ¿Tríos? Llámalo como quieras, eso es lo que muestran las pruebas”, dijo, refiriéndose a las declaraciones de Casandra Ventura (Cassie) y de una testigo protegida.
A lo largo de su alegato, Agnifilo insistió en el perfil familiar de su cliente. Seis de sus siete hijos estuvieron presentes en la sala —el séptimo es un bebé—, así como su madre, Janice. “El hombre cuida de los suyos”, dijo el abogado. Mientras tanto, su hijo Christian (King Combs) lanzaba un EP con un tema titulado ‘Diddy Free’, donde rapea: “No dormiré hasta ver a Diddy libre”.
El tono del abogado osciló entre lo cinematográfico y lo provocador. Ironizó sobre las redadas: “¡Necesitamos más cinta de escena del crimen!”; bromeó sobre el lubricante encontrado en casa de Combs y ridiculizó la acusación de crimen organizado con un sonoro: “¿Estáis de broma?”.
Tras el veredicto, el fiscal federal interino del distrito sur de Nueva York, Jay Clayton, lanzó un comunicado dirigido a las víctimas: “Los delitos sexuales dejan cicatrices profundas. Las víctimas que dan un paso al frente son valientes. La justicia es para ellas”.
La defensa, por su parte, tiene previsto hablar con los medios esta tarde. Pero incluso con el veredicto ya emitido, el caso sigue vivo. El juez aún debe decidir sobre la situación legal inmediata de Combs. Lo que sí parece claro es que, culpable o no, el relato en torno al artista acaba de dar un giro tremendo.
*Foto: Angela Weiss/Agence France-Presse
