Descubriendo a: ‘LITH’

Música sin permiso, sin etiquetas ni fórmulas y el instinto como brújula.

LITH entiende la música como un espacio de absoluta libertad.

Desde Barcelona, el artista construye su universo sonoro sin pedir permiso: canta, produce, compone y mezcla guiado únicamente por su instinto. Hyperpop, trap, pop, funk brasileño o flamenco conviven sin fricción en un proyecto que se adapta según su estado de ánimo y su momento vital.

En su último trabajo, LITH alterna castellano, catalán e inglés con la misma naturalidad con la que esquiva estructuras y fórmulas prefabricadas. Cada tema es distinto, pero todos comparten una misma vibra: la de alguien que no busca encajar, sino expresar lo que lleva dentro.

Hoy hablamos con él en TAGMAG para entender mejor su proceso creativo, su momento actual y la forma en la que convierte cada impulso en música.

ENTREVISTAMOS A: LITH

Te has reinventado convirtiéndote en tu propio monolito. ¿Qué significa para ti ser un “monolito” dentro de la escena española?

Dentro de la escena española, ser un monolito significa eso: aparecer con un sonido que impacte, que genere reacción, que no encaje del todo en lo que ya existe. Con este nuevo nombre, esta nueva personalidad y este mixtape, lo que quiero es proponer algo rompedor, diferente, un sonido que todavía no ha llegado tanto aquí. Me gustaría ser parte de los que abren ese camino.

También tiene que ver con no seguir reglas. Producir mezclando estilos, componer mezclando idiomas, no encasillarme en un solo género ni en una sola escena. Ser un monolito es plantarte ahí, sólido, raro, nuevo, y dejar que la gente reaccione. Que guste o que incomode, pero que no pase desapercibido.

Foto: @kamalamolnia // Modelo: @lunastate

Para mí la reinvención como LITH está muy ligada a la idea del monolito (...) ese objeto futurista que aparece de repente, completamente fuera de contexto. Me interesa mucho esa idea de irrupción, de algo que llega y descoloca.
— lith

¿Hay algún referente o hecho en concreto que te haya inspirado a la hora de reinventarte como LITH?

Para mí la reinvención como LITH está muy ligada a la idea del monolito (monoLITH en inglés). El propio nombre nace de ahí, de la imagen del monolito de ‘2001: Una odisea del espacio’: ese objeto futurista que aparece de repente, completamente fuera de contexto. Me interesa mucho esa idea de irrupción, de algo que llega y descoloca.

Al empezar a explorar nuevos géneros, influido por la escena underground americana, de UK y de Corea, mi sonido cambió de forma radical. En el 2023 empecé a producir, a entender y dominar mi visión artística, pero no fue hasta componer ‘UHN’ cuando lo vi claro. El cambio ya no era solo musical, también personal y estético.

En UHN también me pregunté cuál sería el monolito del mixtape, de la era 2010, y la respuesta es clara: el iPod. Un objeto que definió una generación y transformó la manera de escuchar música y relacionarnos con ella. UHN nace de cruzar esas dos ideas: el monolito como símbolo futurista y disruptivo, y el iPod como monolito cultural de una generación. De ahí sale la base conceptual de LITH: Es una forma de mirar al pasado, deformarlo y usarlo como base para crear algo completamente nuevo.

Si tuvieras que describir tu nueva identidad artística como una película de los 2000, ¿cuál sería y por qué?

Si tuviera que elegir una película, a nivel concepto puro está clarísimo: ‘Una odisea del espacio de 2001’. Pero si hablamos de estética, energía y de cómo suena mi música, creo que las películas que mejor lo representan son Proyecto X (2012). Me parece brutal: la vibra, el caos, la sensación de vivirlo todo al máximo y, sobre todo, el soundtrack. Esa energía descontrolada, nocturna, es lo que intento transmitir con esta nueva etapa y con este sonido.

También The Bling Ring y Spring Breakers han sido referencias muy importantes, sobre todo por ese contraste entre lo pop, lo oscuro, el lujo y lo excesivo, y, en general, todo el cine indie de principios de los 2010 me ha influenciado bastante a nivel estético y de imaginario. Son películas que no buscan ser perfectas, sino generar sensaciones, y creo que eso conecta mucho con lo que es LITH ahora mismo.

Más que una emoción concreta, lo que me guía es una combinación de curiosidad e instinto. No lo pienso de forma racional ni estratégica. Cuando produzco, empiezo a probar y a cruzar sonidos que, en teoría, no deberían encajar
— lith

Has mezclado géneros muy distintos en UHN. ¿Qué búsqueda interior o emoción te guía cuando decides romper estas fronteras sonoras?

Más que una emoción concreta, lo que me guía es una combinación de curiosidad e instinto. No lo pienso de forma racional ni estratégica. Cuando produzco, empiezo a probar y a cruzar sonidos que, en teoría, no deberían encajar, y si algo me provoca una reacción física o emocional, sigo por ahí.

La curiosidad está en querer ver qué pasa al mezclar géneros, idiomas, tempos y códigos distintos. El instinto es lo que decide cuándo algo funciona. Si a mí me sorprende, sé que voy en la dirección correcta.

En ese mismo mood tenía claro que quería colaborar con artistas que escucho y admiro, y que realmente sumaran al sonido, al concepto y a la estética del mixtape. Cada uno aporta un rollo distinto, rompiendo aún más con las fronteras sonoras: con GOMZ aparece una cara más tranquila y nostálgica; con Brunuss Rizzo, el tema más duro y crudo del disco, sampleando una “gralla” de la entrada a la plaza “dels castellers”; con OH!DULCEARi surge una vertiente más como bouncy trap; con Lucigarci un enfoque más synth pop ambiental; y con Xicu una energía más cercana al opium trap o al rage.

Al final, toda esa mezcla nace de escuchar mucha música distinta y de no querer encerrarme en una sola identidad sonora. UHN es exactamente eso: dejarme llevar por lo que me despierta algo por dentro y confiar en esa intuición.

¿Qué pregunta nunca te han hecho en una entrevista y te gustaría responder ahora?

Nunca me han preguntado qué me gustaría que sintiera alguien que no me conoce al escucharme.

Me gustaría que tuviera una reacción inmediata, aunque no sepa explicarla. Como cuando algo te atrae sin saber por qué. Que no piense “me gusta” o “no me gusta”, sino ¿qué es esto?, que se sorprenda. Que aunque no me conozca, sienta que esa música le llega de alguna forma y que cuando termine el tema lo quiera volver a escuchar.

Me gustaría que esa persona disfrutara, bailara y se soltara escuchando mi música, se sumergiera en el mundo de LITH, y sintiera esa nostalgia o ese revival de los 2000s escuchando los samples y guiños en cada uno de los temas. Pero sobre todo, que se lo pasase bien escuchando mi música.

Todas las fotografías están hechas por @kamalamolnia, con la dirección creativa de @allier_studio, estilismos de @jazzfrith con @nicoleschvartzz y maquillaje por @hilauramarin.

Siguiente
Siguiente

GRECAS consigue entrar entre los 10 discos más vendidos en España